
No todo es lo que parece. Lo que ocurre en la Administración de Justicia es un gran filón para cine y series. Pero, por el contrario a lo que parece, alguna de esas series o pelis no sacaban juicios sino otros momentos distintos, aunque igual de importantes. Es el caso de Juzgado de guardia, Turno de oficio o series de investigación como Bones o CSI en sus distintas versiones. Todo cuenta.
En nuestro teatro hablamos constantemente de juicios, pero no vivimos contantemente con la toga puesta, al menos en sentido literal. Realizamos numerosas actuaciones que no requieren toga y que, por tanto, no son juicios. Aunque también hay actuaciones que requieren toga y tampoco son juicios. Pero vayamos por partes
Algunas de las actuaciones judiciales más visibles son las que ocurren en el Juzgado de guardia y ninguna de ella es un juicio en sentido estricto. Hay una salvedad, claro está, la del juicio rápido con conformidad que formalmente es un juicio -empieza con un atestado o una denuncia y acaba con una sentencia firme- pero no se desarrolla materialmente como un juicio, con sus estrados, sus partes, sus togas y sus informes.
Aparte de este caso, no hay juicios en la guardia. Ni las declaraciones, ni las comparecencias de prisión o de orden de protección lo son, aunque a veces algunos todólogos profesionales induzcan a confusión. Y el hecho de que no sean juicios se comprueba con tres claves: no se usa toga, no se acaba con sentencia y no se pide la venia para intervenir. Y sí, ya sé que hay muchos profesionales que piden la venia a su señoría cada vez que preguntan en un interrogatorio, pero no procede porque no es un juicio. Aunque pueden objetar que lo que abunda no daña. Y tendrán razón.
Otro tanto cabe decir de las declaraciones que se realizan más allá de la guardia, en el juzgado de instrucción correspondiente, sean de investigados, sean de testigos. Pues tampoco, aunque haya a quien le gusta tanto llevar si toga a cuestas que no se deshaga de ella ni para estas cosas. Allá cada cual con sus manías.
Tal vez los actos que induzcan más a confusión sean las comparecencias de prisión. Ignoro porque razón, hubo una época en que se llamaban “vistillas” como si fueran una hermana pequeña de los juicio, pero el hábito no hace al monje y lo que es una comparecencia no deja de serlo porque le cambies el nombre. Y sí, seguro que alguien me dice que las ha hecho con toga en la sala. Yo también, pero tampoco ese hábito nos hace ingresar en orden religiosa alguna. Y, aunque se celebre con toga por estar en la sala de vistas, no deja de ser una comparecencia. Por si alguien se pregunta en qué casos hay comparecencia de prisión preventiva en la Sala, le responderé que, en esencia, para aquellos casos en que el investigado o procesado que se encontraba en libertad provisional incurre en alguno de los supuestos que hagan que se replantee su situación personal, como el hecho de no comparecer a los llamamientos judiciales cuando le citan o no cumplir con la obligación de firmar en el juzgado con la periodicidad que se diga, lo que llamamos comparecer apud acta.
Y, hablando de comparecencias apud acta, no puedo dejar de contar algo que presencié hoy. Un investigado iba a firmar a la ventanilla correspondiente, y le oí preguntar al funcionario si le podía ayudar, que creía que la juez del 4 le había dicho los lunes y miércoles, la del 17 los jueves, y la del otro juzgado que no se acordaba cada semana. El pobre funcionario no se aclaraba con tanto lío, así que al final el angelito dijo que iría todos los días para no equivocarse. Y es que el tipo debía tener un verdadero máster delincuencial de amplio espectro, visto lo visto. Porque si se hacen las cosas, se hacen bien, vaya
Tampoco son juicios otras de las actuaciones estrella de los juzgados de guardia, sobre todo si son de violencia sobre la mujer, las comparecencias de orden de protección. En este caso, se escucha a las partes, y hasta se da la última palaba al investigado, pero tampoco se considera juicio ni acaba con sentencia sino con auto. Que, como nos decía mi preparador cuando empezábamos con la oposición, es algo más que un vehículo automóvil.
Pero hay otro tipo de vistas, más formales y con toga incluida, pero que no acaban en sentencia. Se trata de las vistas de recursos que no siempre existen, en unos casos porque no está previsto y en otro porque solo hay cista si hay petición de parte. En cualquier caso, cuando se celebran, son vistas en el más estricto sentido, pero no juicios. Aunque en algunos casos lo parezcan, por su desarrollo y su solemnidad. Porque, en este caso, sí que se pide la venia para actuar.
Y, si queremos un proceso que tiene más comparecencias que ninguno antes de llegar a la fase de juicio, ese el tribunal de jurado. Tan es así que, si se celebran todas, cuando llega el momento del juicio, los profesionales que intervenimos nos hemos visto tantas veces que hasta nos ha dado tiempo a hacernos amigos. Y hasta enemigos, en algunos casos, que no todo es happy flower en Toguilandia
Por supuesto, me he referido solo a las vistas del proceso penal. La del civil, y otras jurisdicciones, la dejamos par otro estreno, pero e este bajamos el telón por hoy. El aplauso se lo daremos a quienes celebran vistas cada día con toga o sin toga, con sentencia o sin ella, pero con unas dosis de profesionalidad y paciencia que bien merecen un reconocimiento.