Las tradiciones son importantes en la vida, y por eso, siempre que sean buenas, no hay que saltárselas. Y, desde luego, pocas tradiciones más arraigadas como la de hacer balance del pasado año y poner en marcha los propósitos para el año venidero. La Nochevieja siempre es una bonita ocasión para películas en las que hay Algo para recordar, pasen en El Apartamento, en Sunset Bulevard o en el mismísimo Poseidon. Y si no, que se lo digan a Bridget Jones, que bien tomaba nota en su Diario.
En mi universo toguitaconado y sus alrededores no podemos ser menos, así que voy a tratar de compartir un pequeño balance de las cosas que me ha traído el año. Espero no olvidar nada importante, pero si así fuera ya sabéis, mensajito y edito, que para eso soy el ama y señora de este escenario.
Empezaré por el final, ese apartado sobre propósitos que luego resultan ser incumplidos. Pues bien, eureka. Cumplí con los básicos, no por típicos menos costosos: dejé de fumar y me apunté al gimnasio -en mi caso es academia de ballet, que cuenta casi más- Y, qué narices, saco pecho para contarlo, que no todo el mundo lo consigue
Y ahora, vamos al lío, que no nos vayan a dar las uvas contando batallitas. Una de las partes más importantes del año ha sido personal, aunque una nunca puede deslindar del todo los aspectos de su vida. Acompañar a mi hija como Fallera Mayor de nuestra falla de siempre, Cádiz Denia, ha sido una experiencia maravillosa. Por ella y por todo lo que nos ha rodeado, empezando por la familia y acabando por ese grupo de gente que ha aparecido en mi vida con peineta y se han quedado en ella aunque no la lleven ya puesta. Ser la mantenedora -para los iniciados en el mundo fallero, equivale a hacerle un discurso de exaltación- de mi hija, y poderle regalar una visión de nuestra fiesta desde el compromiso por la igualdad ha sido maravilloso. Y compartir cada instante con ella, más. Gracias a todas las personas que han formado parte de este sueño.
En el terreno profesional, ha sido un año crucial. Con el vértigo que da la responsabilidad pero la fuerza que da la ilusión, asumí un nuevo reto: ser la fiscal delegada de delitos de odio -dicho como toca, fiscal delegada de tutela penal de la igualdad y contra la discriminación, ahí es nada-, una nueva tarea en un campo en el que hay mucho que hacer pero mucho de lo que enriquecerse. En este poco tiempo, además de ponerme las pilas, ya he tenido la oportunidad de contactar con gente fantástica que lucha cada día por hacer de este un mundo mejor. Espero estar a la altura. Y aprovecho para aclarar, una vez más, que no he dejado de estar en la Sección de Violencia sobre la Mujer, esto es, de ser fiscal de Violencia de género. Acabáramos.
Lo que sí dejé, sin embargo, después de 10 años, fue la Portavocía de la Fiscalía provincial. Está claro que la duquesa de Alba puede con muchos títulos, pero una fiscalita de a pie no da para tanto. Ha sido una década bregando con los medios de comunicación, una labor intensa, con cosas buenas y malas. Me quedo, desde luego, con las buenas, con la gente que he conocido, y con el máster de comunicación que han supuesto estos años. Lo malo lo dejo archivado, aunque sea un sobreseimiento provisional que ya se sabe que quien olvida sus fallos está condenado a repetirlos -ya sé que era la historia y los pueblos, pero así me quedaba niquelado- Gracias por este tiempo.
En lo que a cursos se refiere, he tenido la inmensa suerte de pasearme por lo largo y ancho de la geografía española, empezando por mi querido Colegio de Abogados de Valencia y mi no menos querido de Cáceres, el primer colegio de fuera de mi entorno que apostó por mí. Así como es de ser bien nacida ser agradecida, no me olvido de colocarlo en lo más alto de mi particular ranking. Este año, además, he visitado por vez primera el Colegio de Abogados de Granada -ya he repetido- y el de Sevilla y he vuelto al de Barcelona -también soy repetidora- y al de Madrid. También he visitado universidades, tanto en Valencia como en Castellón y Alicante, y muchos Ayuntamientos y asociaciones de nuestra comunidad como el de Alfafar, Catarroja, Onda, Villar del Arzobispo, Alzira o Jérica, entre otros, además del de Valencia. Y tampoco me olvido de otras instituciones, como la Guardia Civil en Huesca. Soy afortunada de ser recibida siempre con tanto cariño.
Y, como no solo de trabajo vive fiscalita, he tenido una activa vida como escritora. Y, por supuesto, he vivido las consecuencias de esta vida de escritora en presentaciones varias, allá donde han querido y ha sido posible. Este año vio la luz una de mis criaturas más mimadas, porque es la más pequeñita y la más delicada, Caratrista, una novela infantil/juvenil escrita en valenciano, que aborda temas como la violencia de género y el acoso, era mi ilusión desde hacía tiempo. La colaboración con editorial Vincle la hizo posible y en la Feria del libro hicimos su bautismo de fuego. Hoy va por su segunda edición, espera su próxima traducción al castellano y muchos niñas y niñas la han leído, por su gusto o porque ha sido lectura obligada en varios institutos. Esperemos que la obligación se haya vuelto devoción y que la lectura obligada no se vuelva odiada. Y ya saben, cuando quiera, compartimos con la protagonista unas ensaimadas con mucho azúcar, como le gustan, y hablamos del libro. No sería la primera vez, que ya me he estrenado en talleres para niños y adolescentes y me ha encantado la experiencia. Lo he vivido en la Feria del Libro, en la Plaza del LLibre en Valenciá, y en Paterna, y ya tengo fechas para repetir. Caratrista se ha venido conmigo a la feria del libro, a la feria del Llibre de Pobla de Vallbona, a Gandía, a Paiporta, a Massamagrell y a Paterna, y sigue con la maleta preparada para viajar en cuanto la llamen. Sé de buena tinta que tiene citas preparadas para el año próximo. Tenedle preparada la merienda.
Pero no ha sido la única de mis criaturas que ha viajado. Hemos seguido presentando Remos de plomo, Balanza de género y hasta Descontando hasta cinco en Alzira, Carcaixent, Villar del Arzobispo, Teruel, Granada, Cáceres, Sevilla, Barcelona, Madrid, Puerto de Sagunto, Massamagrell, Aldaia, Petrés, Jérica, El Perelló, Alcásser, Faura, Moncada, Alfafar, Mislata, Rute (Córdoba), Paterna, Paiporta, Pobla de Vallbona.
No he dejado -faltaría más- mi actividad como escritora de relatos en antologías. Y este año mis historias han formado parte de la de Valencia Escribe “A punta de relato”, de las de Generación Bibliocafé “Valencia CF, un sentiment en paraules” y “Juegos y juguetes”, de las de Descriu y Scito editores “Ucronies” y “Un viatge intransferible”, de “Femenino plura”, de varias escritoras coordinadas por Lute Pérez y de alguna colaboración más pendiente de publicación, incluso en el extranjero. Muy especial ha sido participar con mi relato sobre Maria Cambrils en el poemario que le dedicó Ana Noguera, a quien agradezco que contara conmigo, como también le agradezco que contara conmigo para su premiado llibret a la Falla del Forn de Alzira
Otra de mis actividades de este año ha sido la de prologuista, un verdadero honor para mí. Lágrimas negras, de Lute Pérez, En clave de igualdad, de Alvaro Botías y Textos y texturas, de Lu Hoyos y Evelyn Carrell han sido obras que he tenido el placer de amadrinar con mis letras. Soy muy afortunada, la verdad, y aún hay alguna pendiente de ver la luz.
Y si de amadrinar libros y escritores se trata, mi balance no puede ser mejor, porque este año he hecho dos presentaciones muy especiales. La de Rosa Montero en la feria del Libro, una experiencia indescriptible por la calidad literaria y humana de Rosa, a la que admiro desde hace tiempo, y la de Sucedió en Ruzafa, de Víctor Iñurria, una persona muy especial para mí que fue uno de los regalos más bonitos, cuando el pasado de mi familia vino a visitarme en su persona.
He disfrutado, además, de experiencias nuevas y enriquecedoras, como la de participar como ponente en el Salón del Autor o en Valencia Negra, y también la de impartir un curso on line maravilloso, el de perspectiva de género organizado por Feminicidio.net. Y no me olvido, por descontado, la maravillosa vivencia de impartir un taller literario como el que he hecho con Bibliocafé, con una deliciosa antología, “Ultravioleta”, como resultado. He sido jurado de premios literarios y también periodísticos, como el delitos de odio de la Policía local, estrenando mis nuevas responsabilidades. También he sido, una vez más, madrina de la lotería solidaria de la Fundación Soledad Cazorla, algo de lo que me siento especialmente orgullosa.
Tampoco he dejado de lado mi participación en medios de comunicación. El Mundo sigue contando conmigo para mi columna de opinión semanal, y también El Periódico de Aquí. Además, he colaborado en otros medios como El Plural, Público, Revista Libertalia o Tribuna Feminista, y contestando a quienes desde sus medios han querido saber cosas de mí. Siempre es un lujo que cuenten con una.
Para el final, el apartado de premios, como guinda del pastel . Este año he sido finalista del Carolina Planells de Paiporta de narrativa contra la Violencia de Género, del premio de narrativa corta Beatriu Civera del Ayuntamiento de Valencia y del de relato histórico del Museo L´Iber, todos ellos con sus respectivas antologías publicadas o por publicar. Y repetí el ser finalista del premio al mejor blog de 20 Minutos por este espacio toguitaconado, que advierto que ganaré el año próximo, que a la tercera va la vencida.
No me olvido de un reconocimiento maravilloso: el que me hizo ACREM por mi aportación a la lucha por la igualdad. Gracias a Paqui, a la organización, y a Alicia y Ángeles y también a Javier por currárselo tanto. Gracias por hacerme feliz.
Por supuesto, no me puedo dejar en el tintero a mi ángel de la guarda de la ilustración, Gracias Carolina (madebycarol) por tenerte siempre dispuesta a secundar mis locuras.
Y hasta aquí, mi resumen. En la parte negativa, la pérdida de dos compañeros que se nos fueron y alguna cosilla más que prefiero no nombrar por no dar el gusto a quienes pretender dar el disgusto. Así que, menos para estos últimos, mi aplauso para todas las personas que habéis formado parte de mi vida y os habéis asomado por mi escenario. El 2020, más. Y, sin hacer demasiado spoiler, ya anuncio alguna cosita que viene en camino: un libro, seguro, y algún premio que podría estar en camino. No digo más que dicen en el mundo del espectáculo que si se cuenta se gafa, y eso sí que no.
¡¡¡¡¡¡¡Feliz año nuevo a todo el mundo!!!!!!!
PD. Perdonad el momento umbralismo pero quería compartirlo con todos mis amigos y amigas que me leéis, porque os considero así.
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ole, ole y ole!!! por un feliz nuevo año Susana!
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Igualmente!!
Feliz sea para tí también, amiga
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