Es de bien nacida ser agradecida. Lo dice el refranero, mi madre y lo digo yo misma cada vez que tengo ocasión. Puedo ponerme en plan vedette, con mis plumas y mis tacones, y cantar con Lina Morgan eso de Gracias por venir, o puedo ponerme intensa y revolucionaria y emular a Joan Baez en su Gracias a la vida. Si tengo que elegir películas sobre la gratitud, elegiré dos: Qué bello es vivir, ese clásico de la Navidad que nunca pasa sin dejar unas lágrimas, y El color púrpura, una película maravillosa que hoy viene a cuento más que nunca, porque si hay que hablar de mujeres empoderadas, pocas como sus protagonistas, a pesar de las circunstancias adversas en que les tocó vivir.
Por fortuna, este no es el caso. Y lo que vengo a contar hoy se sale un poco de las aventuras de Toguilandia de otros estrenos porque la ocasión lo merece. O, como diría el anuncio, porque yo lo valgo. O porque, al menos, personas muy generosas lo entendieron así y me embarcaron en esta aventura maravillosa.
El pasado 9 de noviembre de 2019, en la Diputación de Málaga, recibí el reconocimiento de ACREM (Asociación Cultural Recreativa Embrujo Andaluz), unos galardones que reconocen a personas familias y empresas que apuestan por la conciliación y trabajan por la igualdad entre hombres y mujeres. Casi nada. Y, en una de sus categorías, la de Mujer empoderada, ha reconocido a esta toguitaconada, que, desde entonces, está flotando en una burbuja de alegría. No me la pinchéis, por favor, que flotar es muy bonito.
Ya he dicho más de una vez que ser reconocida o que lo sea tu obra es algo muy hermoso. Y, aunque respeto mucho a Woody Allen como cineasta, nunca entendí esa cosa suya de no ir a la entrega de los Oscar estando nominado porque tenía que tocar el saxofón. Entre otras cosas, el saxofón, que, como EL Cielo de la película, puede esperar. Y yo seré un poco boba, pero tendría todas las veces que fuera necesario una experiencia como la del otro día. Porque, además, estaba tan bien acompañada que seguro que soy la envidia de todo twitter. En persona, Angeles, Fernando y Alvaro representaban a ese cariño virtual que se ha hecho real y duradero. En espíritu, muchas más personas, entre las que quiero hacer especial mención a Alicia, la impulsora inicial de esta locura. Junto a ellos y ellas, un montón de gente cuyo cariño podía palparse en el ambiente.
La asociación ACREM es una entidad que lucha de una manera incansable por la igualdad, capitaneada por la infatigable Paqui Cruzado, y con todas las personas que la integran dándolo todo para que las cosas funcionaran como un reloj de precisión. No puedo dejar de agradecer este reconocimiento y haberme hecho tan feliz. Se trata, además de un reconocimiento por algo en lo que creo tan profundamente que pienso que es un empujón para que otras personas luchen por lo que crean. Y sí, no puede dejar de mencionar a la famosa profesora de Fama, con eso de que la fama cuesta y se empieza a pagar con sudor. Pues bien, puedo decir que recogí los frutos de ese esfuerzo, aunque aun espero recoger otros en forma de resultados el día en que no sea asesinada ninguna mujer más.
Como decía, con ese premio se venían conmigo muchas más cosas. Es un reconocimiento a la lucha por la igualdad, pero también es un reconocimiento a algo maravilloso, la amistad. Sin ella, no hubieran sido posibles las cerca de doscientas firmas que acompañaban la propuesta del reconocimiento y que dejaron abrumada a la propia asociación, entonces, y a mí, en cuanto lo supe. No sé Qué he hecho yo para merecer esto pero, desde luego, debe haber sido algo bueno, Y estoy feliz por eso.
Por último, en este estreno especial de hoy, quiero recordar algo que por más que sea sabido, no puede dejar de decirse. Un premio nunca es la meta, es una acicate para hacer más fácil el camino. Y nuestro camino, el de la igualdad, aun tiene unos cuantos obstáculos que saltar , aunque yo estreno estas alas que me ha regalado ACREM. Mil gracias.
No quiero olvidarme de dar la enhorabuena a todos los premiados y premiadas. Es un lujo tener personas tan maravillosas como compañeras en el camino. A estas personas es a quienes dedicaré el primer aplauso, aunque el más fuerte es hoy para esta asociación que lucha durante todo el año para que el mundo sea un poco mejor. Porque se lo merecen y porque es un lujo compartir el camino.
ayyyyy mi querida Susana, ya tocaba después de varias empresas que no llegaron a buen puerto -vamos a decirlo así- y que no merece la pena nombrar. Las personas de Acrem vieron lo que yo veo en ti, una persona que cada día hace que el mundo sea mejor, una mujer sítodista y entusiasta, una mujer empoderada de verdad porque todos los días te pones a la faena y luchas por todxs. En fin, que te admiro un montón y muchas gracias por la parte que me toca y por todo el apoyo que me has prestado, siempre generosamente y que deja en evidencia a otrxs. Ché, que eres una tía de categoría y que enhorabuena!!!!!!
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Muchas gracias!!
Estabas allí con nosotras en todo momento!!
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y vosotras conmigo!!!!
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Reblogueó esto en Meneandoneuronas – Brainstorm.
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