Días: hábiles e inhábiles


dias que vuelan

Todos sabemos que los artistas trabajan cuando la gente descansa. Que para ellos los tiempos no corren en el mismo sentido que para el resto de los mortales y cuando más se incrementa su faena es en fines de semana y vacaciones. Al revés del mundo. Pero claro, si dieran sus representaciones en horas y días de oficina, no iría nadie. Quienes tienen trabajo, porque no tienen tiempo, y quienes no lo tienen, porque lo que no tienen es dinero. Es lo que tiene eso que llaman crisis y que según algunos ha desparecido. Algo que me resulta muy raro, porque si hubiera desaparecido de verdad no sé por qué no vuelve Lo que la crisis se llevó, o sea, los jueces y fiscales sustitutos, los medios materiales, la paralización de los juzgados creados, la dotación de programas informáticos y ordenadores en condiciones, los pagos periódicos a los letrados del turno de oficio, y unas cuantas cosas más que, si no ando mal informada, ahí siguen, convirtiendo a la Justicia en La bella durmiente del bosque, esperando que llegue de una vez el Príncipe Presupestín a sacarla de su sueño.

Pero, con crisis o sin ella, los días pasan y hay que llenarlos con nuestro trabajo. Los artistas con sus funciones y nosotros con las nuestras. Que también tenemos lo nuestro a la hora de usar el tiempo. Porque nosotros tampoco vivimos en los mismos parámetros que el resto del universo mundo.

Por un lado, tenemos los famosos plazos, que afectan a unos más que otros, pero que ahí están apretando el cinturón de nuestras togas. ¿Qué por qué digo esto? Pues de muestra un botón, o tal vez dos. Veamos si no.

El primer botón sería el que nos trae esa bomba de relojería llamada reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y su ya famoso plazo de instrucción de seis meses. No deja de ser curioso que a nosotros nos limiten el tiempo, y nos pongan además una vacatio legis  de dos mesecillos de nada, y a quienes prometieron que darían medios para hacerlo –cosa inexplicable, puesto que la propia ley disponía no dotar de medios- se les haya olvidado esa promesa hasta Dios sabe cuándo. Así que unos tenemos un reloj digital con temporizador, y otros aún miden el tiempo con su reloj de arena, o de sol. Algo que el saber popular llama ley del embudo, pero no sé en qué BOE se ha publicado.

El segundo botón de nuestro traje sería eso que han llamado digitalización o papel 0 . Y que nos dicen que viene para el 1 de Enero, pero una empieza a dudar de qué año se trata, incluso de qué siglo. Porque igual es que yo soy muy escéptica, pero no pillo cómo van a convertir en cero los miles de expedientes que andan por estanterías, mesas y hasta por los suelos de los juzgados. La única solución que se me ocurre es algo que veía en una comedia en mi infancia, Enredo, en la que uno de los protagonistas se empeñaba en decir que era invisible con hacer un par de aspavientos, y actuaba como si nadie lo viera. Como aquel Traje nuevo del Emperador del cuento de niños.

Así que visto lo visto, resulta que el tiempo no es ese dato objetivo que algunos creen, sino algo que diferente. Y eso me lleva a recordar que en Derecho, los días se diferencian según sean hábiles o inhábiles. Es decir, aquellos en que se trabaja, y los que no, los que entran en los plazos y los que no. Pero es una verdad a medias, porque luego llegan los fines de semana o el mes de agosto, y si no hay alguien de guardia la cosa no tira adelante, por más inhábiles que sean los días. Y luego está la posibilidad de habilitar los días inhábiles, que también existe, y la diferencia a la hora de contar dependiendo de en qué jurisdicción y en qué fase procesal nos encontramos. Y se nos dice que para la instrucción son hábiles todos los días del año, por más que el mísmisimo Papá Noel esté esperando en la entrada de la chimenea con sus regalos. Y ojo, que igual nos trae los medios que pedimos y cómo no estamos, pues nos lo perdemos.

Quizás ahí esté la clave. Y que quien tenga que poner los medios tenga más días inhábiles que quienes necesitamos esos medios para que los días, además de hábiles, sean útiles. Así que tal vez todo sea cuestión de sincronizar nuestros relojes.

Así que, mientras no lo hagan, no hay aplauso que valga. Que para aplaudir también tiene que haber días inhábiles. ¿O no?

el-tiempo-vuela

3 comentarios en “Días: hábiles e inhábiles

  1. Y no te olvides de las subastas judiciales electrónicas donde los 20 días en que estarán abiertas, serán naturales, y para más inri si hay una puja la última hora, se irá prorrogado sucesivamente hasta un máximo de 21 días….ya te puedes imaginar a los Procuradores ejecutantes, el 31 tomando las uvas 🍇 pegados al la pantalla del ordenador, en vez de ver a Anne Igartiburu.., o en la Comunión de la niña, con el portátil bajo la servilleta, no sea que alguien aprovechando la coyuntura y el festejo, le de por pujar…😰

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  2. Pingback: Semanas: día a día | Con mi toga y mis tacones

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