Ya lo sabemos de sobra. Año tras año, Los Reyes Magos llegan desde Oriente dispuestos a traernos regalos. Y nos lo enseña el cine, la televisión y el mundo del espectáculo en general, por más que Papá Noel le gane por goleada en el mundo de las pantallas, donde cada año Vuelve Santa Claus. Y aunque seamos adultos, da igual. Pongamos en marcha nuestra Fantasía y esperemos que esa noche mágica lo sea de verdad.
Desde el escenario de Con Mi Toga Y Mis Tacones ya les hemos enviado varias cartas. Una por año, son faltar ninguno: 2015, 2016 y 2017 Por más que confieso que ando un poco enfurruñada con ellos porque nunca traen todo lo que pedimos. Pero tal vez lo haga mal, así que voy a renovar mi carta a ver si este año sí que sí.
Esta vez he decidido no pedir mucho, a ver si por fin cae. Y, en lugar de la lista que tengo por costumbre, voy a empezar por algo inusual. Quiero una escoba. Pero no una escoba convencional. Tampoco una escoba como la de las brujas, para subirme en ella y salir volando, aunque de vez en cuando ganas no me faltan. Quiero una escoba mágica, como las de la película Fantasía, para barrer todo aquello que no me gusta. Tampoco pido tanto, digo yo.
Con mi escoba mágica barreré, en primer lugar, esa tragedia llamada violencia de género. Y barreré y barreré hasta que algún día pueda llevarme por delante los juzgados de violencia sobre la mujer por innecesarios. Y que nadie se preocupe porque me quede sin trabajo, que seguro que en Toguilandia tienen algo preparado para mí.
También barreré con todas mis fuerzas la corrupción, que tanto trabajo da a mis compis y tantos disgustos a la ciudadanía. Y también lo haré hasta hacer desaparecer la Fiscalía anticorrupción por falta de materia. Seguro que todo el mundo me lo agradecería.
Y barriendo, barriendo, me llevaría por delante todo el odio de que somos capaces los seres humanos. Y otra sección de fiscalía por delante, la de los delitos de odio. Y también su prima hermana, la de criminalidad informática, que tampoco haría falta porque con mi super escoba habría borrado del mapa no solo los delitos de odio cometidos a través de las redes sino todos los que se hacen ordenador mediante, especialmente la repugnante pornografía infantil.
Y como la escoba es mágica, nunca se le acaba la batería. Por eso también acabaría con cualquier delito de homicidio y asesinato, y de paso haría desaparecer la sección de jurado por falta de trabajo.
Por supuesto, no me olvidaría de barrer todo tipo de conductas delictivas al volante, que tantas familias destrozan, y dejaría sin trabajo a la sección de Seguridad Vial. Ni a los llamados accidentes de trabajo, que también hay que acabar con la siniestralidad laboral. Faltaría más. Eso sí, a unos y otros les dejaría un trabajo extra: preocuparse de que las condiciones en las que trabajamos sea las adecuadas, que ya sabemos como estamos
Tampoco estaría mal, ya puesta, venirme arriba y terminar con todo tipo de delitos, incluidos los leves, por más que nos proporcionen anécdotas jugosas. Ya nos haríamos con algún video de Chiquito de la Calzada para reir un rato. Y que el único pecador de la pradera fuera el que protagonizaba sus chascarrilos.
Pero como no solo de delitos viven las togas, seguiría barriendo hasta acabar con todos esos desacuerdos que pueblan los juzgados de familia y que envenenan las relaciones humanas. Solo celebrarían bodas y mutuos acuerdos.
Y en cuanto a los juzgados de los social, me cargaría de una barrida enérgica todos los conflictos y dejaría que se preocuparan solo de los derechos y del bienestar de los trabajadores y trabajadoras. Que además serían legión porque habría barrido antes el paro que agobia a tanta gente.
También, aunque no hiciera falta porque habría dejado poco trabajo, me cargaría enterito todo el sistema informático de la Justicia para partir de cero y tener uno nuevo. Y que en vez del roscón esperando conexión, tuviéramos roscón de Reyes todo el año.
Y así, como La Ratita presumida, con sus tacones y todo, tralaralarita, limpio mi Justiciita. Hasta dejarla como los chorros del oro. Que cuando me pongo no tengo rival
Así que queridos Reyes Magos, Si me traeis todo esto no me harán falta la bola de cristal y la varita mágica que os pido todo los años. Aunque, por si acaso, hago una calificación alternativa y la incluyo en la carta. Y añadiré, por si las moscas, bolis que no sean verdes, grapas a juego con la grapadora, pósits a discreción un quitagrapas que no tenga que atar con un cordel para que no desaparezca.
Tampoco pido tanto. Y eso sí, pediré un aplauso para Sus Majestades de Oriente para animarlos. Que no se diga
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