(Historias sobre el cambio climático)
UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR
– Cariño, no te puedes imaginar qué he visto
– ¿Qué es lo que has visto, Manuela? No me tengas en ascuas
– Un pingüino en mi ascensor. Te lo juro
– Qué gracia. Recuerdo lo que te gustaba ese grupo cuando salieron, allá por los 80. ¿Te encontraste al cantante? ¿Lo has reconocido?
– Que no, Juan, que no. Que no era ningún grupo de música. Que era un pingüino, de los de verdad
– Ah, vale. Te refieres a alguien vestido de chaqué, como los directores de orquesta. Como el hortera de tu primo Lucas cuando se casó, vaya. ¿Te acuerdas cuánto nos reímos?
– Déjate de primos y de gaitas. Sé lo que he visto. Y no tenía nada que ver con la música
La voz de mi hija pequeña interrumpió nuestro diálogo de besugos. Parecía haberse vuelto loca de tanto que chillaba. Nos requería a gritos para que fuéramos a su habitación. Menos mal que su voz sonaba enérgica y alegre, porque por los decibelios a que se elevaba hubiera pensado que le pasaba algo
-Mamá, papá, venid ya -apremiaba la niña- De prisa
-Ya estamos aquí, hija. ¿Qué pasa?
-Corre, mira por la ventana. Hay un oso polar paseando por la fuente
-Otra que tal. ¿Os habéis puesto de acuerdo para volverme loca, o qué? -me asomé, a regañadientes- Yo no veo nada, hija
-Pues -intervino su padre- a mi me ha parecido ver una sombra blanca pasar por al lado de la fuente.
-Estáis mal de la cabeza. Los dos. Y queréis volverme a mí tan majareta como vosotros
Quería creerme lo que estaba diciendo. Lo deseaba con todas mis fuerzas. Hacía todos los esfuerzos del mundo por autoconvencerme de que aquello no estaba pasando, para no sucumbir al pánico como le estaba sucediendo a tanta gente.
Pero era difícil. Era muy difícil cuando veía que el termómetro de la terraza de mi casa de Teruel marcaba, en pleno mes de enero, 21 grados centígrados.
De no ser así, probablemente hubieran quedado marcadas las huellas de oso polar en la nieve que, por aquellas fechas, debería haber rodeado la fuente del Torico. Que no en balde Teruel también existe
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