Las unidades de medida del tiempo son una referencia importante a la hora de dar título a obras literarias o a películas. El año que vivimos peligrosamente, 9 meses, 9 semanas y media, El día de la bestia… Pero si un día se ha hecho famoso hasta traspasar el cine -y la realidad en que se basa- para convertirse en una frase de uso común, es el del Día de la marmota, de la película Atrapados en el tiempo. Un día temático de los muchos que tenemos, y cada día más.
Nuestro teatro no es demasiado dado a este tipo de celebraciones. Hasta nuestro propio patrón, San Raimundo de Peñafort, que se celebra el 7 de enero, pasa tan desapercibido que no nos damos ni un triste día de vacaciones, con lo bien que vendría justo después de Navidad. Como los críos, para jugar con lo que nos hayan traído los Reyes Magos.
Pero aunque no los celebremos expresamente, muchos impregnan nuestro quehacer diario, algunos con sus celebraciones específicas, como el día de la mediación, y otros compartiendo las que se hacen desde todos los ámbitos, como ocurre con el 8 de marzo o el día para la eliminación de la violencia de género
No obstante, hay que reconocer que a veces se nos va la mano con lo de los días temáticos. Por poner un ejemplo en un mismo día -21 de marzo- y de una sola tacada se celebraban el día contra la discriminación racial, el día mundial de la poesía, el día del síndrome de Down y el día mundial de los bosques. Ahí es nada. Que no sé dónde andarán metidos los señores que deciden los días temáticos, pero a veces se lucen, que en vez de un día parece el camarote de los Hermanos Marzx. Un poquito de por favor, hombre. Y dos huevos duros.
No creamos que esto de amontonar las celebraciones en un solo día es nuevo. Nada de eso, y bien que podíamos haber aprendido. Ya el propio santoral nos juega alguna de estas malas pasadas, y acumula santos en una misma jornada sin ton ni son. Que me lo digan a mí, que mi pobre onomástica queda siempre eclipsada porque Santa Clara acompaña a Santa Susana en el camino, y como quiera que ya entonces el cotilleo era un grado, pues mi pobre santa se queda ahí agazapada. Como Santa Clara tenía tan buena relación con San Francisco de Asís que hasta salía en Hermano Sol, Hermana Luna, a la otra pobre ni caso. Por cierto, es el 11 de agosto, por si alguien quiere anotárselo y tener un detallito.
Y es que no se pueden acumular tantas cosas en un solo día, que a veces las conciencias no dan para tanto, con lo que cuesta a veces despertarlas. Y a veces se trata de causas importantes que bien merecerían un día en solitario o pueden pasar desapercibidas.
Eso sí, echo en falta un día de la Justicia, por ejemplo. Sé que existe un día del turno de oficio, pero como la cosa está como está, lo tienen que gastar reclamando lo que se les debe en vez de reivindicar la importancia de la función que realizan.
Pero quienes trabajamos en la Administración de Justicia no tenemos ningún día temático, como tampoco lo tienen las víctimas de muchos delitos ni el justiciable en general. Y no estaría mal darnos un homenaje de vez en cuando. Eso sí, un homenaje que ni fuera el dichoso día de la marmota, en que todo sigue igual y nunca nos alcanzan los medios para todo lo que se necesita.
Aunque, si lo pensamos bien, si que hay una celebración que tiene lugar a diario. Como el día del no-cumpleaños de Alicia en el País de las Maravillas. En el Juzgado de guardia, cada día es el día del detenido. Eso no falla. Y bien que podría fallar alguna vez, que ya digo siempre que no hace falta que se empeñen en venir a vernos. Nos encantaría aburrirnos. A ver si llega el día alguna vez
Mientras tanto, aprovecho para mandar un mensaje a los encargados de los días temáticos. Por favor, nada de overbooking. Que el calendario tiene 365 días a su disposición y no hace falta juntar tantas causas importantes en uno solo. Y aunque pensemos que no sirven para mucho, ya se sabe eso de cacito a cacito… Pero pónganlo fácil y que no se nos acumule la faena. Hasta entonces, dejo en suspenso mi aplauso.