Sin tregua: contra la trata


pandora truenos

Nunca es suficiente todo lo que hagamos para llamar la atención sobre ese enorme drama que es la trata de mujeres con fines de explotación sexual

Por eso, hoy nuestro escenario estrena un cuento, una historia de ficción que por desgracia, podría ser verdad

LA CAJA DE LOS TRUENOS

-¿Qué es esto, mamá?

-¿De dónde lo has sacado?

-Estaba en el trastero. Me ha caído encima cuando buscaba cosas viejas con qué disfrazarme…

-Tíralo – gritó imperativa- Tíralo a la basura inmediatamente

-.. Me gusta –abre la maleta y saca una prensa de ropa gastada- Me puede servir

-Tíralo –dijo con menos energía- Por favor…

La niña ignoró el ruego de su madre. Continuó sacando objetos de la maleta. Un abrigo y un jersey viejos, unas botas,varias prendas de ropa interior anticuadas y muy gastadas, algunas fotos antiguas, un rudimentario botiquín con vendas, un frasco de mercomina reseco y unas pastillas sin identificar, un sobre lleno de papeles amarillentos, y un chupete viejo y descolorido.

– ¿Qué pasa mamá? ¿Estás llorando?

La maleta contenía todo su pasado. Estaba tan escondida como hubiera querido que estivieran sus recuerdos. Hasta el momento en que a su hija le cayó encima .Y al abrirla abrió la caja de los truenos. Una caja que, una vez abierta, fue imposible cerrar.

“Es cierto que nací en un pueblo pequeño de un país a muchos kilómetros de aquí. Y cierto es también mi nombre de pila, casi lo único cierto de la historia que inventé para ocultar la realidad.

“Llegué aquí sola, después de dar muchas vueltas por lugares que no conocía y cuyo nombre nunca llegaré a saber. Me captaron en mi país, con la promesa de un trabajo que nunca llegó. Iba a ser secretaria, o recepcionista, o algo así. Qué más daba. La necesidad de salir de allí y el hambre que pasaba mi familia hicieron que me agarrara a aquella oferta como a un clavo ardiendo. Me creí a pies juntillas todo lo que me dijeron, y me embarqué en un vuelo sin retorno hacia el infierno”

Su hija conoció en ese momento todo lo que había pasado su madre. De club de alterne en club de alterne, de mano en mano. Violada, humilllada, amenazada. Y finalmente, anulada hasta el punto en que todo le daba igual. Hasta el momento en que todo cambió.

Se había quedado embarazada. Era su segundo embarazo, el tercero si tenía en cuenta aquel que no llegó a fraguarse. En el primero parió a un niño que le robaron nada más nacer y al que nunca había vuelto a ver. Por eso, la primera patada que sintió en  su tripa fue el revulsivo que necesitaba. Por primera vez en mucho tiempo, deseó vivir.

Escapó, jugándose la vida de ella y la del bebé que llevaba en las entrañas. O mejor dicho, jugándose la muerte, porque aquello no era vida. Y ganaron la partida.

– Por eso me llamaste Libertad

Le contó como fue su huida, la colaboración con la policia, la ayuda de algunas personas buenas, el cambio de ciudad y de vida. Y también le contó que, pese a todo, su pasado venía a visitarla en sueños, sin faltar una sola noche.

La niña cerró la maleta mientras su madre la miraba con lágrimas en los ojos. De un puntapié, la lanzó por la ventana, tan lejos como pudo. Esta vez la patada de su hija arrumbó para siempre el pasado.

 

8 comentarios en “Sin tregua: contra la trata

  1. Magnífica exposición.
    La realidad de lo que está pasando.
    Hace falta pasar a la acción y dejar de ser meros espectadores q sabemos criticar pero no aportamos nuestro granito de arena; necesitamos crear playas!

    Me gusta

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