
A veces estamos tan acostumbradas a ver unas cosas, que todo lo pasamos por ese filtro. Como Billy Elliot, que veía ballet donde debía de haber visto boxeo, o el protagonista de El club de los poetas muertos, que en cualquier cosa encontraba una razón para enseñar a sus alumnos. Y es que las cosas cambian según el prisma desde el que se miren.
En nuestro teatro somos especialmente proclives a ver Derecho en todas partes. Y buena muestra de ello la tuve la pasada Nochevieja, en que, viendo y comentando un programa de televisión con una amiga -cada una desde un punto de España diferente- acabamos viendo cuestiones judiciales por todas partes.
El programa era Cachitos, y no es la primera vez que dedicamos un estreno toguitaconado a un programa de televisión. Ya lo hicimos con Masterchef o Maestros de la costura, y también con las series en general, y hoy le toca a Cachitos Nochevieja. Así que vamos a ello.
Mi amiga y yo no tardamos en encontrar reminiscencias jurídicas en algunos de los rótulos -a mi me gusta más llamarlos “cartelitos”- y pronto las veíamos a diestro y siniestro. Por supuesto, lo primero que llamó mi atención fue la referencia a la Fiscalía. Respecto del Dúo Dinámico, comentaban, con razón, que su repertorio -15 años, Lolita, Muy joven para amar- “debería tener una carpeta propia en la Fiscalía”. Al Derecho de menores se hacía referencia también al hilo de una actuación de Marta Sánchez rodeada de niñas y niños, donde decía “el Dejad que los niños se acerquen a mí, según el defensor del pueblo, tiene sus riesgos”. Y ojo, que el tema seguía, y la alusión al Defensor del pueblo también, esta vez con Georgie Dan y los ocultos -o no tanto- mensajes sexuales de sus aparentemente inocentes temas. Y es que, además de Derecho de Menores, está claro que a los guionistas les gusta el Derecho Constitucional
Y no era la única referencia, aunque fuera implícita a la fiscalía. ¿O no era claramente una alusión a nuestra función acusadora la reproducción de la canción de los Hombres G Has sido tú? El dedo acusador nunca falta. Aunque Luis Miguel se empeñe en buscar otros culpables, por tontos que parezcan, como la noche, la playa o la lluvia. Pero las pruebas son las pruebas. Por eso rotularon respecto a los éxitos de Maná “No hay más preguntas, Señoría”.
Y siguiendo con los delitos sexuales, referencias a mansalva. Desde María Jiménez, cuyo “Se acabó” -precedente del #MeToo- se erigió en un lema muchos años después, hasta la razón del uso de dicho lema, lo que rimaron refiriéndose al año 2023 como “el año en que adoramos a Vico y aborrecimos un pico”. Hasta la Ley del sí es sí tuvo su espacio, cuando dice de una actuación de cantante en solitario “este video pertenece a la época en que los piropos no estaban mal vito y los coreógrafos se morían de hambre”. Genial.
No eran los únicos cartelitos donde veíamos delitos contra la libertad sexual. Porque ¿no podía ser un delito de grooming lo que decía de “Santa Lucía”, que “igual es un perfil de Tinder falso”. Y muy claro lo que comentan de un tema de Ketama “Cuando llegas de borrachera, hay dos opciones: no acostarte o escribirle a tu ex. Eligieron la correcta” Y tanto que sí.
Aunque quizás lo que más me llamó la atención -para bien- fue la firme apuesta contra la Violencia de género. A propósito de un tema de Tom Jones, Delilah, decía el cartelito que pese a emplear un tono romántico, cuenta un asesinato machista. A continuación, recuerda a las 55 mujeres muestras por violencia de género este año y recuerda la necesidad de romper el silencio. Chapeau
Hasta los autos de alejamiento y su quebrantamiento podrían tener una alusión velada con e tema de Ladilla rusa “A un metro y medio de ti” ¿O soy yo, que estoy obsesionada?
También los delitos relacionados con derechos fundamentales tuvieron su espacio. El derecho a la intimidad, cuando decía que los Secretos no son tan Secretos desde lo de Pegasus. Y, desde luego, el derecho a la libertad de expresión y la condena de la censura con un cartelito en la actuación de Amaral que lo decía todo sin expresar una sola letra: solo el símbolo de los pechos.
Otros temas penales que vimos con claridad fueron los delitos de odio, cuando en un vídeo de Barrio se habla, irónicamente a un barrio sin gentrificar; los delitos de daños, al reproducir un tema que decía “voy a pintar las paredes con tu nombre, mi amor” -también rayano en las coacciones o el acoso- o la agravante de disfraz cuando, a cuento de una actuación de Natalia Lafourcade, describe su maquillaje como “la finísima línea entre el maquillaje y la tanatopraxia”. Sin comentarios.
Faltaba por citar una alusión directa a la rebelión, en un tema de Alejandro Sanz, y a la intoxicación plena e incluso el tráfico de estupefacientes, con un título tan poco sutil como Mescalina mi amor. Y, por descontado, al delito fiscal, cuando se habla de la declaración de la renta de Shakira, o de “cuando crees que no te ven” con Alejandro Sanz, cuando todo el mundo sabemos que Hacienda acaba enterándose de todo.
El Derecho Internacional también estuvo presente cuando se comentó que ojalá la única guerra que tuviéramos fuera el apellido de Juan Luis, el cantante que buscaba visa para un sueño, o cuando se dice “hagamos el amor y no bombardeemos niños”. Derecho de gentes puro y duro.
Y, como digo siempre, no solo de Derecho Penal vive el jurista. El Derecho laboral estuvo presente con relación al cantante Manolo Escobar del que, al interpretar el famoso “Chiquilla”, se habla de su apoyo a la Seguridad Social, o con Carmen Sevilla, de la que se decía que era la única artista que se puso años, lo que hizo para poder sindicarse.
El Derecho Administrativo vino representado en Cecilia y su “Mi querida España”, en que, con un mapa con la división en provincias, se comenta que solo queda eso, la división. También hay, cómo no, alusión al uso de las lenguas cooficiales con un tema de Andrés Do Barro y otra de un grupo de folklore vasco. Y también hay Memoria histórica, referida en este caso a grupo Mecano.
Para acabar, una clara referencia, a mi entender, a la equidad. ¿O no es eso cuando se dice que “El del medio de los Chichos ya solo aparece en Cachitos: en un país de extremos no queda nadie al centro”? Pues con eso me quedo.
Así que solo falta el aplauso. Y esta vez, no puede ser para nadie que no sea mi amiga y, por descontado, los guionistas del programa. Espero estar a la altura.
