Tiempo libre: destoguitaconado


              No todo en la vida va a ser trabajar. El ocio es tan importante como en negocio y el cine bien lo sabe, que convierte las vacaciones en tema de películas para disfrutar durante las vacaciones. Así ocurre en cintas como 12 fuera de casa y en la reciente Vacaciones de verano, pertenecientes al llamado género familiar. Aunque no se puede hablar de vacaciones veraniegas sin dejar de nombrar la mítica serie Verano azul. Si no lo hacemos, Chanquete no nos lo perdonará, esté donde esté.

              En nuestro teatro también cerramos por vacaciones. Y llega el momento de dedicar tiempo a lo que antes solo se podían dedicar migajas. Y también a hacer todas esas cosas que teníamos pensado hacer y a las que nunca les llegaba el turno. O sea, nuestras Asignaturas pendientes.

              Pero empecemos por el principio. ¿Qué gusta de hacer el personal toguitaconado cuando cuelga la toga y se calza zapatillas? Pues, esencialmente, las mismas cosas que el resto del mundo. Aunque tengamos nuestras rarezas, no voy a negarlo. Si no las tuviéramos, probablemente no nos habríamos dedicado a esto.

              Hay cosas que le gustan prácticamente a todo el mundo. Son las típicas a las que se dedican las vacaciones, aunque tienen muchas variantes. Y ahí está el intríngulis. La primera de ellas es viajar. Es extraño quine no ha dedicado todo o parte de sus vacaciones a los viajes. Pero hay muchas variantes: desde viaje familiares a aventuras, desde viajes  a sitios lejanísimos a un traslado a pocos kilómetros de casa, desde viajes que apuran todo el tiempo de vacaciones hasta pequeñas escapadas. Todo vale. Aunque, si hablamos de viaje toguitaconado, valdrían cosas como fotografiarse en los palacios de justicia -yo tengo esa manía- o hacerlo delante de monumentos que constituyan hitos del Derecho. Por ejemplo, yo hice algo así en el Louvre ante el Código Hammurabi. No me llaméis friki

              Otra de las aficiones comunes a la humanidad, y también a los habitantes de Toguilandia, es la lectura. El verano es tiempo de poder dedicar a esta sana afición el tiempo que no le dedicamos en invierno. Es momento de dar oportunidad a todos esos libros que están apilados en las mesitas de noche esperando su turno. Y ahí también para gustos hay colores. Hay quien devora novelas negras, quien se decanta por sesudos ensayos o por la filosofía, por libros de relatos o por obras sobre viajes. Pero, por supuesto, también está el súmmum del frikismo, que sería el de quienes dedicarán este tiempo a leer artículos o libros jurídicos. Confieso que a mí se me ponen los pelos como escarpias solo de pensarlo, pero para gustos hay colores.

              Primo hermano del gusto por la lectura está el gusto por la escritura. Y ahí reconozco que yo enloquezco. Llevo todo el curso escribiéndome encima, y ahora me desquito. Mi cabeza necesita vaciar memoria, como si fuera un ordenador o un móvil, y pasar a papel todas esas ideas que mi imaginación va fabricando durante el invierno. Mi particular vicio incorregible. O mi adicción, de la que no pienso deshabituarme nunca. Que me apliquen si quieren la atenuante o la eximente completa

              Y como estamos en confianza, me atrevo a hacer una confesión. Yo hablo con  mis personajes. Y es que, como quiera que vienen a verme, sería una descortesía no hacerlo. Suelo pasear con ellos por la playa cada mañana, y aunque a veces me orientan sobre qué evolución tendrán en la trama, lo más frecuente es que vengan a echarme la bronca poque salen poco en ese capítulo que escribí el día anterior, o porque hacen cosas que no les gustan. Verdad verdadera, aunque haya quien piense que es motivo suficiente para avisar a los loqueros.

              Otra de las ocupaciones vacacionales frecuentes son los deportes y actividades físicas varias. En mi caso, sustituyo la danza -no hay clases en agosto, aunque algo practico- por otras actividades como pasear o nadar. Pero hay quine se toma el mes de vacaciones como si estuviera entrenando para la Olimpiada, y luego llegan las lesiones. Así que cuidadin. Y cuidadin también con quienes disfrutan de deportes extremos como puénting, rafting y todas esas cosas terminadas en ing. Que queremos volver a septiembre con todas nuestras extremidades en su sitio.

              Para acabar, no me olvido de quienes disfrutan retomando actividades manuales, como el ganchillo o el bordados de nuestras abuelas. Sea punto de cruz, macramé o bolillos, ánimo, que estas cosas relajan mucho. Y, si son bolillos, siempre se puede aprovechar para hacer unas puñetas estupendas Y sé qué habrá quien no entienda que esto sirva para relajarse, pero yo lo entiendo. De hecho, durante la oposición, me teí una mantilla que todavía uso para ir a la Ofrenda. Más frikismo en mi vida

              Y hasta aquí, el estreno de hoy. El aplauso lo podría dar a todas las personas que toman las vacaciones pero mejor haré lo contrario, y se lo daré a quienes no tienen vacaciones ahora. Al menos, eso se llevan.

1 comentario en “Tiempo libre: destoguitaconado

  1. Me apunto a las fotos en sitios relacionados con derecho, el último el registro civil de Brescia en Italia. Y también me apunto al ganchillo, varios bolsos me he hecho, me relaja muchísimo. Disfruta de las vacaciones que bien merecidas son.

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