
La suerte forma parte de la vida. Y del mundo del cine, como siempre Tal vez por eso, una de las frases cinematográficas más famosas sea el ¡que la suerte te acompañe” de Star Wars, que un no meno famoso anuncio de la lotería de Navidad adoptó como slogan.
En nuestro teatro, la suerte puede aparecer de muchas maneras. Pero hoy vamos a hablar de algo más que suerte. Más bien de justicia, o de reparar injusticias, que es a los que nos dedicamos en nuestra Toguilandia.
Ya hace diez años que empezó la Lotería de la madrina de la que os hablo cada año. Diez años hace que recibiera la llamada de la Fundación Soledad Cazorla, un fondo creado por quine fue la primera fiscal de sala de violencia de género destinado a proporcionar becas d estudio a niños y niñas por haber perdido a su madre por culpa de la violencia de género.
En general, cuando una mujer es asesinada en este contexto, nos solidarizamos con la familia, hacemos minutos de silencio por la víctima o rendimos homenajes varios y, cuando la actualidad se apaga, a otra cosa, mariposa. Y nadie piensa que esas criaturas no solo se han quedado sin madre -y, con frecuencia sin padre, porque está muerto o en la cárcel- sino que su vida se ha dado la vuelta como un calcetín. Por más que el estado ayude con pensiones, no siempre alcanzan para más de sobrevivir. Y los sueños se quedan dormidos. Unos sueños que, en muchas ocasiones, son tan sencillos y complejos a la vez como el de que esas criaturas consigan estudiar para ser lo que anhelan ser.
Por eso nuestra Soledad, haciendo el bien más allá de la muerte, previó la creación de un fondo de becas para que estos niñas y niñas consigan aquello que anhelan, aquello a lo que tienen derecho. Y para que la sociedad reponga el daño inmenso que se les causó, en la medida de lo posible, Por eso hablaba de justicia.
En el tiempo en que lleva en marcha este proyecto, muchos jóvenes han conseguido formarse. Quizás algún premio nobel, el día de mañana, haya conseguido llegar hasta allí por ese camino. Y si no hubiéramos estado ahí, la sociedad habría perdido un gran descubrimiento una obra literaria grandiosa o una enorme aportación a la paz.
Por eso digo y repito que no hay ningún motivo para no contribuir. Es más, todo el mundo debería lanzarse a comprar su décimo solidario, porque es de los pocos juegos en que se gana, aunque se pierda. Y ninguna excusa me vale.
Cuando, en otros años, he ofrecido a amigos y conocidos que compraran un décimo, he recibido excusas de los más peregrino. Y, si bien es cierto que la mayoría de amigas, amigos, familiares y conocidos colaboran sin dudarlo, hay algunas respuestas que me han dejado de pasta de boniato. Cosas como que no compro porque no creo en la violencia de género, porque los hombres también maltratan, porque hay muchas denuncias falsas o porque yo tengo un hijo. Pues ni así me vale. Porque, aunque algo de todo eso fuera cierto, en lo que no voy a entrar ahora porque ya he argumentado por activa y por pasiva, no borra una realidad incontestable: esas huérfanas y huérfanos existe, han perdido a su madre y necesitan ayuda. Y no dársela no tiene un pase.
Aunque hay otra de las excusas que todavía me gusta más, si cabe. La de que ¿por qué no ayudáis las víctimas de cáncer, de accidentes de tráfico, de hambrunas en África o de siniestralidad? Pues, en primer término, es posible que también lo hagamos porque contribuir a esta causa no impide hacerlo a otras, y porque no se puede hacer todo al mismo tiempo. ¿O acaso alguien critica a la asociación contra el cáncer poque no se dedique a los enfermos de Alzheimer o al voluntario que va a Sudamérica por ni irse a Afganistán? Absurdo, ¿no? Pues eso.
Pero que nadie se preocupe, que llegamos a tiempo. No hay más que darle clic a este enlace o al que dejo abajo y misión cumplida. Y entonces es cuando daré el aplauso de hoy. Dedicado a todas las personas que contribuyen. Porque hace mucha falta.
https://www.playloterias.com/la-loteria-de-la-madrina-susana-gisbert
Sin olvidar, una año más también, el aplauso a la cesión solidaria y cariñosa que madebycarol hace de una imagen confeccionada ad hoc. Mil gracias, amiga