
El hombre propone y Dios dispone. Es un refrán del que todo el mundo ha echado mano alguna vez, aunque ni siquiera crea en algún dios. Y yo lo haré hoy. Porque lo sucedido en mi tierra nos ha vuelto del revés el alma y el estómago. Pero hay que vivir Lo que queda del día y, sobre todo, El día después, por citar dos títulos de películas y no faltar a mi costumbre.
En nuestro teatro, en principio, nos afecta profundamente cualquier catástrofe que altere nuestras rutinas diarias, pero lo que ha ocurrido es mucho más que cualquier catástrofe y los resultados van mucho más allá que alterar rutinas. Por eso no puedo escribir nada sin acordarme antes de todas las victimas de la terrible Dana que ha azotado mi tierra, y de todas las personas que todavía sufren y sufrirán por ello. Vaya para ellas toda mi solidaridad y todo mi cariño.
Y, entre esas cosas que no tendrán lugar, había un acto muy importante para una persona a la que quiero y admiro, no sabría decir por qué orden. Pilar, mi compañera de toda la vida, la que preparaba la oposición conmigo y fue mi compañera de piso cuando ambas aprobamos, tenía que tomar posesión como nuestra nueva y flamante fiscal jefa provincial de Valencia. Se lo dije cuando lo supe, y se lo digo ahora: no puedo estar más feliz y orgullosa. Porque ella es de esas personas respecto de las que una puede sacar pecho y decir “es mi amiga”.
Pero, además de ser mi amiga, es una jurista excepcional. No solo conoce la ley, sino que sabe perfectamente cómo utilizarla para conseguir adaptarla, sin forzarla, a cada situación, para dar soluciones y hacer justicia, que es de lo que se trata nuestro oficio. Y todo, siempre, con una sonrisa y un gesto amable, que la efectividad no tiene porque ser rígida ni antipática, ni dar gritos ni puñetazos en la mesa.
He compartido con Pilar nuestro primer destino, Castellón, y también fuimos juntas a Gandía y más tarde a Valencia. Compartimos especialidad en violencia de género hasta que ella, espíritu inquieto donde los haya, cambió de tercio, sin perder la sensibilidad ni e conocimiento de una materia tan delicada como esta. Y llevó delitos económicos, y seguridad vial hasta recalar, en sus últimos tiempos, en una especialidad tan complicada y poco conocida como la de contencioso-administrativo, que en nuestra fiscalía va combinada con el Derecho laboral y mercantil Y os aseguro que pocas personas saben tanto de eso como ella. Bueno, de eso, y de mucho más. Y os aseguro que ahora no es la amiga la que habla, sino la fiscal. Una fiscal orgullosa de pertenecer a la misma carrera que ella.
Hoy tenía que haber sido un día inolvidable en la vida de Pilar. Tenía que haber tomado posesión del cargo de fiscal jefa provincial, y tenia que haberlo hecho rodeada de todas las personas que la queremos y admiramos, amadrinada por la Fiscal de Sala de menores y con la asistencia del Fiscal General del Estado entre otras autoridades. Pero no ha podido ser del modo que estaba previsto. Ha tomado posesión, desde luego, porque es un acto oficial e ineludible, pero las circunstancias han convertido lo que tenía que haber sido un día de celebración en un acto más sencillo, aunque igualmente entrañable, porque nadie tiene el cuerpo para grandes celebraciones. Por desgracia.
No obstante, este humilde escenario toguitaconado que dirijo desde hace años no quería dejar a mi amiga sin un regalo especial. Y, a falta de un acto alegre, como hubiera sido en otro caso, te dejo mis letras, escritas con todo el cariño. Espero que sirvan para que, al menos, tengas un mejor recuerdo de ese día. Y también para que el mundo sepa la suerte que tenemos en Valencia de tener una fiscal jefa como la que tenemos
Así que no sé si seré la primera en felicitarte, pero sí la más entusiasta. Y a buen seguro que mucha más gente se une al aplauso que, desde este espacio, doy a nuestra nueva fiscal jefa, aun arriesgándome a que me llamen «pelota». Gracias por haber sido tan valiente como para asumir este reto.