
El 10 es el número de la perfección para muchas cosas. Un diez es la mejor calificación, y si algo sale de diez es que está perfecto. Por eso diez eran Los diez mandamientos, y hay títulos de obras como 10 negritos, 10 razones para odiarte y hasta, usando la multiplicación, 100 años de soledad o 10.000 especies de abejas. Y por eso, también, se llamó a Bo Derek, 10, la mujer perfecta. Y es que, en la medida de los posible, siempre se busca estar lo más cerca de la perfección.
En nuestro teatro también buscamos la perfección, aunque en una materia como la nuestra es prácticamente imposible alcanzarla. Cuando hay una contienda con dos o más partes enfrentadas, la solución siempre deja descontenta a una de ellas, o incluso a las dos. Ya reza el dicho que nunca llueve a gusto de todos. Y ya sabemos cómo le fue a Salomón en su famoso juicio.
Pero hoy no iba a hablar de juicios ni de supuestas perfecciones, sino de dieces. Porque diez son los años que hace que me lancé a esta aventura de abrir el telón de Con Mi toga Y mi Tacones. Me lancé a inaugurar nuestro teatro y a interpretar funciones periódicas, dos veces por semana, salvo alguna muy justificada excepción.
Por aquí han pasado actores y actrices principales y de reparto, así como tramoyistas, espectadores y todo aquel que pase por nuestro mudo toguitaconado. Hemos hablado de procedimientos y de sentimientos, de victimas y victimarios, de éxitos y fracasos , de penas y alegrías . Hemos hablado en broma y en serio, y de anécdotas que causan tanta risa como lágrimas, sino ambas a un tiempo. He contado cuentos e historias, reales o ficción, aunque al final pocas cosas más increíbles que las que ocurren en nuestro día a día.
En este tiempo, he recibido premios que son regalos y regalos que son premios, y en algunos de ellos este escenario ha tenido su influencia. Pero Con Mi Toga Y Mis Tacones no se conformaba con eso. Así que llegó un momento en que el blog mismo fue el protagonista, ya que fue primero nominado y luego galardonado con el premio al mejor blog en categoría personal del premio 20 blogs de 20 minutos. Y, hace menos de un año, el post sobre Valoración del riesgo recibió el premio al mejor post jurídico en los premios de blogs jurídicos. Ahí es nada.
Han sido diez años de alegrías. Porque penas, la verdad, las ha habido, pero nunca han tenido que ver con el blog, Y también me ha querido acompañar en mis pasos literarios, con esos microrrelatos que de vez en cuando animan sus páginas virtuales, o con la referencia a mis libros (), que, como el propio blog, también han llegado a su décimo aniversario con la última criatura, Em deien Caratrista . Aunque ya hay alguna más en camino. Pero guardadme el secreto.
No obstante, que nadie se me asuste, que este teatro no echa el cierre. Al menos, mientras siga habiendo personas que, semana tras semana, siguen leyendo mis aventuras y mis ocurrencias, mis chascarrillos y mis explicaciones. Personas que sé que se alegran con mis éxitos y se entristecen con mis fracasos.
Sé que ahora los blogs no son lo que fueron cuando este vio la luz por vez primera. Entonces no había tik tok, ni influencers ni otras clases de comunicación que ahora son las más vistas. Pero si los vinilos han vuelto, aunque nunca se fueron de todo, lo mismo podemos pensar de los blogs. O al menos así me gusta verlo a mí.
Por todo esto, y por mucho más, me gusta seguir asomándome a las tablas de este escenario cada martes y cada viernes. Porque sé que siempre hay un público fiel, además de quienes se asoman esporádicamente. Y ese público fiel le doy hoy mi aplauso, con tanta fuerza como soy capaz de dar. Y más. Porque merecen eso y mi agradecimiento eterno. Os seguiré esperando cada semana.